David LaChapelle desde pequeño ha tenido una
formación artística, influenciada en parte por su madre, confiesa que desde
joven la estética pop de Andy Warhol ha formado parte de su vida y por lo tanto
en parte una de las mayores características de su obra.
Siempre se ha sentido libre en su trabajo, confiesa
que necesita ciertas indicaciones puesto que la total libertar abre muchos
caminos en el mundo de la creatividad y en parte condicionar en su junta medida
los encargos que le hacen le ayuda a decidirse.
Dice que no le interesa registrar lo novedoso, lo
popular, las tendencias, cree que hoy día los fotografos se rigen mucho por la “novedad”
y no por lo que realmente a ellos les interesa.
LaChapelle asegura que la labor de fotógrafo
entraña la misma dificultad que cualquier otra profesión, pero que para ser un
buen fotógrafo se debe nacer con un modo especial de mirar, aún así, asegura
que este modo de mirar debe ser entrenado a través de los años y adquirir
cierta experiencia a base de realizar distintos trabajos. Cree que en el mundo
de la fotografía de moda hay muchos artistas que anteponen crear un estilo a
realizar lo que verdaderamente les gusta, anteponen lo que aceptará el público
o lo que se mueve en el comercio sin priorizar aquello que aman.
Su mejor consejo es que todo fotógrafo y artista en
general debe poner con sinceridad pasión en sus obras ya que si es sincero el público
lo entenderá como tal.
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