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lunes, 25 de marzo de 2013

Anton Corbijn.




Corbijn se acerca a la fotografía en su adolescencia, cuando a causa de su timidez se refugia en la compañía que le proporciona la cámara, acudiendo a conciertos de grupos y artistas minoritarios, no tan conocidos, y decide venderlas a publicaciones musicales que aceptan su obra.

Manifiesta sinceramente que no es partidario de una formación previa al trabajo como fotógrafo, ya que esto le permitió crear su propio estilo de forma pura, sin ser tentado de imitar a ningún autor, aunque  confiesa que siempre le atrajo la fotografía en blanco y negro porque dota de mayor grafismo a la imagen. Cuando su trabajo en fotografía se convirtió en algo más formal, tomó las obras de Arbus o Frank como punto de partida para su trabajo.

Ante el posible estancamiento de su carrera profesional como fotógrafo decidió en su momento reciclarse, marchándose a Los Angeles, donde la iluminación del sol le proporciona un juego interesante a su carrera, además decide tomar fotos a personalidades del cine, pero desea que su obra se valoré más allá que la del retratista de famosos. No se siente atraído por la foto publicitaria ni por los grandes artificios de las poses, de echo nunca lleva ni utiliza equipos de iluminación en sus sesiones, cree que la naturalidad es la materia prima para su trabajo y para ello no recrea escenarios ni escenas sino que contando con un corto espacio de tiempo improvisa con el personaje retratado para obtener el retrato que lo defina y represente.

No se siente identificado con ningún retratista de famosos, de hecho no le atrae ese tipo de fotógrafos, tampoco tiene grandes conocimientos técnicos, tan sólo según él los imprescindibles para el trabajo que realiza, confiesa que lo que más le interesa de la fotografía es poder vincularse a gente durante 15 minutos y comprender su filosofía de vida.





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Antonio Garbla. Con la tecnología de Blogger.

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